Un puente inesperado

Como habíamos planeado este fin de semana nos fuimos de luna de miel. Realmente las cosas no salieron como las esperabamos. Tengan paciencia porque lo que viene es un poco largo:

Día 1: Llegamos a Tocaima como al medio día. El plan era quedarnos en un centro vacacional que quedaba a 1 Km. del pueblo. Llegamos al Terminal y tomamos un taxi hacia allá. No se imaginan el sitio al que llegamos: el baño de la habitación no tenía puertas, no había división entre la ducha y el inodoro, el baldosín motelero, los tendidos de las camas viejos, las paredes llenas de humedad… Lo peor del caso es que nos hicieron hacer la consignación antes porque los cupos eran muy pedidos. Afortunadamente pudimos hablar con el administrador, nos quitó lo que le cobraba el banco por la consignación (¿¡?) y nos devolvió la plata.

2.00 pm: Absolutamente solos, a un kilómetro de Tocaima, en medio de la nada sin saber a donde ir. Caminamos hasta una tienda, un par de cigarrillos y una botella de agua y con ese calor tan infernal la pregunta era ¿¿¿Qué hacemos??? Finalmente decidimos que si este hueco era de los mejores hoteles de Tocaima lo mejor era irnos para Girardot. Yo realmente pensé que todo iba a ser más fácil: Girardot es más grande, más turístico, pero no. Llegamos hacia las 3:00 a Girardot y lo primero que hicimos fue buscar unas cabinas telefónicas y empezar a llamar a todos los hoteles posibles, unos muy caros, otros muy baratos, pero nada que estuviera cercano a lo que queríamos para pasar el fin de semana. Luego de caminarnos todo Girardot y ver como es de fácil engañar a la gente diciendo que el hotel tiene piscina terminamos en un hotelito, ya no estrato 1 como en Tocaima, sino mas bien estrato 3 con una piscina de 1.40 de fondo. Eso fue hacia las 5 de la tarde, valga la aclaración que llevábamos más de 6 horas sin comer nada.

Nada era como lo habíamos planeado, el hotel no era lo que queríamos, estábamos en el centro con un ruidaje horrible como si estuviéramos sobre la 13. Ambos estábamos desesperados y yo realmente no aguante más, las lágrimas se apoderaron de mí, tenía hambre, me dolían los pies de caminar, me molestaba no poder hacer nada y seguía inconforme con el sitio. En ese momento, creo que hubo algo mágico de parte de JB, no se imaginan la forma de tranquilizarme: finalmente estábamos los dos. No era como lo esperábamos, pero estábamos construyendo juntos, logrando acuerdos y encontrando soluciones.

5:30 p.m.: Ya más calmados, almorzamos y luego nos tomamos un par de jirafas para amenizar la tarde. Nos burlamos de lo que había pasado, pero como todo siempre puede ser peor: cayó un aguacero espantoso. Finalmente llegamos a nuestro hotel estrato 3 y pasamos la noche.

Día 2: Es tan bonito levantarse y ver a la persona que amas. Saber que todo se olvida con un beso y un “buenos días amor”. Salimos a desayunar por que en el hotel solo había huevos de desayuno; y mientras desayunábamos JB compró el periódico para estar “siempre informado” (lindo no??). Luego, decidimos que lo mejor era pasar la noche en un hotel que nos atendiera como queríamos. Así que nos fuimos para uno de los que el día anterior habíamos visto pero que era muy costoso. Finalmente luego de esperar a ver si alguien hacia el check out, comer raspado, dar vueltas por las casas lindas de Girardot y conocer Carrefour, en el hotel nos dijeron que quedaba una habitación disponible. Así que “porque la vida es ahora” pagamos con Visa.

1:00 p.m.: Ya que teníamos hotel estrato 4/5, teníamos que inventarnos algo para poder salir del otro hotel en el que estábamos y en el que habíamos pagado las dos noches. JB con sus dotes histriónicos y yo como actriz de reparto llegamos al hotel estrato 3, conmovidos, casi con lágrimas en los ojos diciendo que lamentablemente teníamos que viajar para Bogotá en ese instante por que se nos había presentado un problema. Mientras yo le hablaba a la recepcionista del hotel con cara de angustia, Jorge hablaba por el celular (Apagado) diciendo “No, no, no… yo ya mismo salgo para Bogotá a solucionar esto”. Fueron 3 minutos de parodia y nos devolvieron la plata.

4:00 p.m.: Hospedados en nuestro nuevo hotel, con las comodidades del caso, salimos a almorzar y luego arrunchis hasta por la noche salir de rumba.

9:00 p.m.: El Oasis, la zona play de Girardot. Entramos al Bar de Charly Zaa y no se imaginan: Las mesas están dentro de una piscina que te cubre solo los pies (bastante lobo). La gente llega y se quita los zapatos para que no se le moje el teni. Un poco lobo, pero la música buena, roncito, hielo, coca-cola y limón, y bailar hasta el amanecer. Solo hubo un detalle coqueto esa noche: LLego de ir al baño y veo a la vieja, que estaba en la mesa del lado, bailándole a Jorge ahh??? Que tal la zorra!!!...

Día 3: Desayunamos en el hotel, descansamos, más arrunchis, almuerzo en las mesas de la piscina… La tranquilidad de saber que esto es lo que nos merecemos. Pero nada que hacer: Es tiempo de llegar a Bogotá. Hicimos el Check out a las 3:00 p.m.

3:00 p.m.: Llegamos al Terminal y no se imaginan la cantidad de gente que había, las filas para coger bus eran interminables. Tanto que después de pelear con Expreso Bolivariano por mas de una hora salimos de Girardot a las 9:30 p.m…. después de 6 horas!!!!. Por fin salimos en un bus que recogió gente en Melgar, Silvana, Fusa y demás, ya se imaginaran: la pesadilla no había terminado. Jorge me dejó en mi casa a la una de la mañana, muerta del sueño.

Un fin de semana lleno de historias; fueron solo dos noches pero hoy todavía extraño ese “buenos días amor” en las mañanas, esos ojos empiyamados que no se quieren despertar, una entrega total del uno por el otro, los abrazos, los besos.

(Nota Mental: Comprar una cámara, para amenizar este post tan largo)